lunes, 14 de febrero de 2011

Conozcamos a nuestros legisladores del pasado, a los actuales y a los futuribles.....

Aunque la noticia data de varios años atrás es conveniente conocer cómo piensan los legisladores argentinos. Algunos ya no están, otros siguen en sus fueros, y otros es posible que se postulen en el futuro. Para los creyentes y personas de buena voluntad el tema del que se trata no es menor. Pensemos a quién votar y a quién botar en el futuro. ¿Entre otros, qué piensa la "católica" Carrió?.

Reunión No. 8 - 4a. Sesión Ordinaria celebrada el 18/04/2001.

PROGRAMA NACIONAL DE SALUD SEXUAL Y PROCREACIÓN RESPONSABLE
MODIFICACIÓN DE LA LEY REGULATORIA DEL EJERCICIO DE LA MEDICINA
ORDEN DEL DÍA 1147
ORDEN DEL DÍA 1000

SR. PRESIDENTE PASCUAL.- En consideración.
Tiene la palabra la señora diputada por la Capital.
SRA. GUEVARA, CRISTINA - - CAP FEDERAL.- Señor presidente: en primer lugar quiero manifestar que hoy es un día importante, porque nos sentimos contentos aquellos que trabajamos en el tema de la salud.
Así como en la última sesión del período ordinario de 2000 expresé -quizá con mucha vehemencia- el disgusto que sentía porque pocas veces nos abocábamos al tratamiento de los temas vinculados con la salud, hoy debo reconocer el trabajo en conjunto de los integrantes de esta Cámara, ya que han posibilitado la consideración de estos asuntos tan importantes, trascendentes y también polémicos.
Vamos a tratar los dos proyectos de ley que en la Comisión de Acción Social y Salud Pública fueron acordados. Uno de ellos se vincula con el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable -Orden del Día N° 1.147-, y el otro se refiere a la modificación de la ley 17.132, que regula el ejercicio de la medicina y actividades del arte de curar, incluido en el Orden del Día N° 1.000.
Antes de comenzar el tratamiento de este tema quiero agradecer la presencia en este recinto de una mujer que desde el advenimiento de la democracia fue diputada y no cejó un solo momento en la promoción de leyes fundamentales para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. Me refiero a la ex diputada Florentina Gómez Miranda, que hoy se encuentra en el palco bandeja, acompañándonos una vez más. (Aplausos.)
También quiero mencionar muy especialmente a quienes nos han apoyado con información y estadísticas. Me estoy refiriendo a las señoras diputadas de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, Clorinda Yelicic -que preside la Comisión de Salud- y Gabriela González Gass, una compañera en estas luchas de los últimos años.
Se dijo que pretendíamos tratar este asunto a las apuradas y entre gallos y medianoche. Por eso quiero comentar cuál ha sido el trabajo de las comisiones que se han ocupado de este tema, o sea, la que yo presido -de Acción Social y Salud Pública-, la de Familia, Mujer y Minoridad y la de Presupuesto y Hacienda.
Los proyectos que consideramos ya empezaron a tratarse en la comisión cabecera, que es la de Acción Social y Salud Pública, en 1999.
-- Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 2° de la Honorable Cámara, don Eduardo Oscar Camaño.



SRA. GUEVARA, CRISTINA - - CAP FEDERAL.- Se trataron los proyectos de las señoras diputadas Fernández Meijide, Silvia Martínez, Bordenave y el de González de Duhalde.
El 23 de marzo de 2000, apenas iniciado el período de sesiones ordinarias, la Comisión de Acción Social y Salud Pública acordó con la Comisión de Familia, Mujer y Minoridad la constitución de una subcomisión para que avanzara en los acuerdos que se fueron logrando y así poder llegar a este dictamen sin disidencias ni observaciones.
La subcomisión era coordinada e integrada por las representantes de la Comisión de Acción Social y Salud Pública, diputadas Marta Milesi y Silvia Martínez. La Comisión de Familia, Mujer y Minoridad estaba representada por las diputadas Di Leo y Espínola, quienes trabajaron duramente, al igual que los diputados Farizano, Marta Argul, Rosa Tulio y Giannettasio, todos los cuales participaron de esas largas reuniones.
De esta manera, a fines de septiembre, se arriba al dictamen de las comisiones, y queda listo para su tratamiento el proyecto de ley sobre Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, contenido en el Orden del Día N° 1.147.
Quiero expresar mi agradecimiento a todos los diputados por el esfuerzo puesto para acercar posiciones, y también a quienes nos han acompañado en este trabajo, es decir, los empleados de las comisiones y, especialmente en forma personal a mis asesores, sobre todo a los integrantes de mi secretaría privada, que tal vez hayan soportado el mayor peso de la carga al tener que aguantar malos humores cuando las cosas se trababan.
Cuando pensamos en una iniciativa tan llena de convicciones y filosofía, analizamos qué cosas nos separan y, fundamentalmente, cuáles nos unen. En esta etapa de reflexión creo que lo que nos ha unido es la búsqueda del bien común, tendiente a moralizar y posibilitar el acceso de varones y mujeres -especialmente de estas últimas- a ejercer libremente la sexualidad, o sea sus derechos sexuales y la posibilidad de elegir cuántos hijos desean tener y en qué momento. Esta fue la idea rectora que fundamentalmente nos llevó a avanzar en los acuerdos dentro de este programa de salud.
Voy a desarrollar este Programa Nacional de Salud Sexual en forma extensa, pero antes debo mencionar que parte de estos consensos concluyeron en la modificación del dictamen de comisión al incluir el artículo 19 bis de la ley 17.132, regulatoria del ejercicio de la medicina y actividades del arte de curar, sobre objeción de conciencia del profesional y auxiliares de la ciencia médica.
Teniendo en cuenta que esta iniciativa no ha merecido en principio observaciones ni modificaciones, en base a los acuerdos alcanzados con los otros bloques hasta este momento, vamos a plantear algunas para votarlas en su oportunidad.
Este proyecto de ley crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación y se basa en antecedentes de orden nacional e internacional.
En nuestra opinión, lo importante es que se propicia sancionar un proyecto de ley por el que se crea en el ámbito de la salud un programa que, a partir de su financiamiento, garantizará el efectivo cumplimiento de una ley de salud, cuestión que hemos tratado de modo reiterado en la Comisión de Acción Social y Salud Pública.
La salud sexual y la procreación responsable son derechos humanos básicos y universales que se encuadran en la categoría del derecho social; su concreción constituye una meta permanente de la sociedad, que las identifica como generadoras de diferencias en las condiciones de vida y de riesgo frente a las enfermedades. Por eso, el Estado debe comprometerse a garantizar el acceso y el pleno ejercicio de estos derechos.
Como ya lo señalé, esta iniciativa se sustenta en algunas leyes y convenciones fundamentales, como la Convención sobre Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que en nuestro país fue ratificada por la ley 23.179 y elevada a rango constitucional por la reforma de 1994.
En la Conferencia sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo, Egipto, en 1994, se establecieron las bases para lograr la vigencia de los derechos reproductivos.
En 1995, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer, celebrada en Beijing, amplió y ratificó lo expresado en El Cairo.
Cabe mencionar la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989 en Nueva York y ratificada en 1990 en la República Argentina por la ley 23.849.
El inciso 22 del artículo 75 de nuestra Carta Magna también se refiere a esta cuestión, y en realidad por medio de este proyecto se propone reglamentar esa disposición constitucional.
Este texto se enmarca asimismo en lo que planteó el año pasado ante las Naciones Unidas nuestro embajador en Nueva York, en Beijing más Cinco. En ese sentido, deseo expresar nuestro reconocimiento a la señora presidenta del Consejo Nacional de la Mujer, doctora Carmen Storani -hoy no nos acompaña porque ha debido viajar-, quien contribuyó de manera sustantiva a la obtención de esta declaración.
Lo que expresó nuestro país en las Naciones Unidas es lo siguiente: "El compromiso de garantizar la protección de los derechos humanos de las mujeres incluye a los derechos sexuales y reproductivos; compromiso reflejado en las políticas que las autoridades llevan adelante a través de medidas para reducir la mortalidad materna, prevenir el embarazo adolescente y proteger la maternidad y la salud de las mujeres, asegurando el inalienable derecho a decidir libre y responsablemente cuándo y cuántos hijos tener, respetando la vida y sus íntimas convicciones, todo ello en consonancia con los valores y premisas que inspiran la posición del gobierno argentino."
El artículo 2° del proyecto en consideración se refiere a los objetivos de este programa, entre los cuales cabe mencionar el de alcanzar para la población el nivel más elevado de salud sexual y procreación responsable con el fin de que pueda adoptar decisiones libres.
Según nuestro criterio, este texto tiene un fuerte contenido de prevención de las enfermedades y de educación como estrategia del conocimiento y de la información, y una posibilidad real de accesibilidad de la población en general a los servicios de salud.
El inciso b) del artículo 2° se refiere a la disminución de la morbimortalidad materno infantil. La procreación es parte de la vida, no es una enfermedad; pero cuando se desarrolla en condiciones inadecuadas sí es causa de morbimortalidad materna y perinatal.
De acuerdo con subregistros, por estas causas mueren cuarenta mujeres de cada cien mil niños nacidos, y tal vez muchas más. ¿Cuáles son las causas? Son las mismas relativas al embarazo y al parto, y otras relacionadas con la información y las condiciones socioeconómicas de las mujeres.
Otro de los objetivos es la prevención de los embarazos no deseados. De acuerdo con información oficial, en la Argentina hay 500 mil abortos por año; algunos son por causas naturales o no provocados, y otros son provocados.
Deseo hacer referencia a una información estadística que produjo un conjunto de médicos de la Maternidad Sardá, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que fue distinguida en 1999 con el premio "Peralta Ramos". Esta maternidad, como otros efectores de salud de la ciudad de Buenos Aires, aplica programas de salud reproductiva desde hace quince años. Ese tipo de planes viene desarrollándose no a partir de la ley sancionada en junio del año pasado -que tanta polémica generó-, sino desde 1987. En ese momento, la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires ya tenía programas de salud reproductiva que habían sido incorporados a los hospitales públicos por medio de ordenanzas.
En una parte de ese informe -creo que otros señores diputados después lo desarrollarán particularmente- se hace una comparación entre los período 1997-1986 y 1987-1996. Se establece que los partos realizados durante el primer período fueron 52.650 en la Maternidad Sardá, y los abortos producidos, 5.835. En el período 1987-1996, se realizaron 66.165 partos, y por proyección se estimaban 7.331 abortos; en realidad, se produjeron 4.999 abortos.
Por lo tanto, en los diez años de presencia del programa de salud reproductiva hubo 2.332 legrados por abortos incompletos menos de lo esperado. Ello surge de la diferencia entre los 7.331 abortos esperados y los 4.999 abortos producidos.
De acuerdo con el mismo informe, considerando la relación aborto espontáneo y aborto provocado se puede sostener que los 2.332 abortos incompletos que no ocurrieron podrían corresponder a 1.231 abortos espontáneos y 1.101 abortos provocados que se evitaron por haber puesto en marcha en ese decenio el Programa de Procreación Responsable en el ámbito de la Maternidad Sardá de la Ciudad de Buenos Aires. Esta es una información proporcionada por un efector de salud pública que es bueno mencionarla aquí -como dije antes surge de un trabajo que fue premiado- a efectos de demostrar los beneficios de los programas de procreación responsable.
El siguiente objetivo de este programa -el inciso d) del artículo 2°- es el de promover la salud sexual de los adolescentes. Esto ha generado en los últimos días la mayor cantidad de diferencias. Pero más adelante vamos a proponer algunas modificaciones que seguramente reducirán el grado de polémica en torno a este inciso del artículo 2º.
Otro objetivo es el de contribuir a la prevención y detección precoz de enfermedades de transmisión sexual, de VIH/sida y patologías genito-mamarias. Lo importante de este programa no se corresponde con lo que se ha dicho en muchos lugares en el sentido de que sólo sirve para proveer anticonceptivos; por el contrario, este programa conlleva una fuerte impronta de prevención de enfermedades y patologías. Si las personas acceden a los servicios de salud, son informadas y pueden evitar por esta vía el contagio de enfermedades tan graves y terribles como el VIH/sida, creo que es importante que podamos contar con estos programas, a fin de que la gente tenga una sexualidad libre de las angustias provocadas por el miedo a enfermarse. Esta es una realidad de estos tiempos.
El inciso f) del artículo 2º habla de garantizar a toda la población el acceso a la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable. Esto implica que no sólo existirán estos servicios sino también que la gente dispondrá de la información necesaria para utilizarlos oportuna y adecuadamente, que su costo será razonable, que los suministros serán los adecuados y que los servicios se proporcionarán de una manera aceptable para las mujeres y sus familias.
El último inciso del artículo 2º señala: "Potenciar la participación femenina en la toma de decisiones relativas a su salud sexual y procreación responsable." Esto apunta a poder ejercer libremente la sexualidad, a elegir el momento en que se quiere tener un hijo y a decidir cuántos se quieren tener. Al respecto, como madre quiero reiterar un concepto vertido por la señora Juliana Marino en oportunidad de debatir este tema en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires: se trata de ser mujer cuando se es mujer y de ser madre cuando se tiene la decisión y se está en condiciones de serlo.
Por su parte, el artículo 3º se refiere a los alcances del programa, e indica que es para toda la población, sin discriminación alguna. Es decir que propone cobertura para todos.
Por otro lado, adelanto que en la discusión en particular vamos a proponer la incorporación de un artículo, que será el 4º, el cual expresará: "La presente ley se inscribe en el marco del ejercicio de los derechos y obligaciones que hacen a la patria potestad. En todos los casos se considerará primordial la satisfacción del interés superior del niño en el pleno goce de sus derechos y garantías consagradas en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, ley 23.849."


SR. CAFIERO, MARIO ALEJANDRO - M.A.H - BUENOS AIRES.- ¿Me permite una interrupción, señora diputada, con permiso de la Presidencia?



SRA. GUEVARA, CRISTINA - - CAP FEDERAL.- Pido disculpas al señor diputado Cafiero, pero como miembro informante debo continuar un orden en el desarrollo de mi exposición. Cuando ésta concluya los señores diputados podrán efectuar las observaciones que consideren oportunas.
Creo que el señor diputado Cafiero solicita que lea nuevamente el artículo. En ese entendimiento, reitero que el artículo 4° tendría la siguiente redacción: "La presente ley se inscribe en el marco del ejercicio de los derechos y obligaciones que hacen a la patria potestad..."



SR. CAFIERO, MARIO ALEJANDRO - M.A.H. - BUENOS AIRES.- ¿Se trata de un nuevo artículo que se incorpora al proyecto?



SRA. GUEVARA, CRISTINA - - CAP FEDERAL.- Sí, señor diputado.



SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Estamos discutiendo en general el proyecto. Solicito a los señores diputados que se aboquen al tema en general; en oportunidad de la discusión en particular la señora miembro informante hará las propuestas correspondientes y los señores diputados podrán formular las observaciones que puedan generarse.



SRA. GUEVARA, CRISTINA - - CAP FEDERAL.- Señor presidente: quiero aclarar que estoy proponiendo la incorporación de los artículos durante la consideración en general porque se refieren a temas que han sido polémicos y para evitar grandes debates con posterioridad sobre cuestiones en torno de las cuales hay un amplio consenso.
Ese es el motivo por el cual hago estas propuestas en esta instancia, sin perjuicio de que durante la consideración en particular discutamos artículo por artículo.
Vuelvo a leer la redacción propuesta: "La presente ley se inscribe en el marco del ejercicio de los derechos y obligaciones que hacen a la patria potestad. En todos los casos se considerará primordial la satisfacción del interés superior del niño en el pleno goce de sus derechos y garantías consagrados en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, ley 23.849."
A partir de ahora propondré el corrimiento en la numeración de los artículos. El artículo 4° del dictamen, que quedaría como artículo 5°, se refiere a la capacitación de los educadores, trabajadores sociales y demás operadores comunitarios.
En este artículo se establece que el Ministerio de Salud coordinará junto con otros dos ministerios -el de Educación y el de Desarrollo Social y Medio Ambiente- la capacitación de los agentes y operadores comunitarios para que sean aptos para contribuir a la capacitación, perfeccionamiento y actualización de conocimientos, promover en la comunidad espacios de reflexión y acción para la aprehensión de conocimientos, detectar adecuadamente las conductas de riesgo y brindar contención a los grupos de riesgo a fin de asesorar y cubrir todos los niveles de prevención de enfermedades como el HIV-SIDA, el cáncer génito-mamario y las enfermedades de transmisión sexual en general.
En el artículo 5°, que pasaría a ser 6°, se trata de adecuar el sistema de salud para satisfacer la demanda como concepto general. En él se habla de la transformación del modelo de atención, y en tal sentido, en su parte general, se establece que se reforzará la calidad y cobertura de los servicios de salud.
En el inciso a) se establece un adecuado sistema de control para la detección temprana de las enfermedades de transmisión sexual y del cáncer génito-mamario.
En el inciso b) se determina que a demanda del beneficiario, y sobre la base de estudios previos, y respetando los criterios y convicciones de los destinatarios, salvo contraindicación médica, se podrán prescribir y suministrar los métodos anticonceptivos noabortivos y transitorios promovidos o aceptados por el ANMAT. Estamos agregando la expresión "no abortivos y transitorios" a continuación de "elementos anticonceptivos que deberán ser de carácter reversible". Luego el artículo sigue como lo indicáramos anteriormente.
Hemos incluido este concepto dado que se ha dicho que por esta ley se abría la puerta a una norma que favorezca o legalice el aborto en nuestro país. Lo que queremos decir es que esta es una ley que promueve la vida, porque ninguna de las mujeres que estamos aquí, ni mujer alguna en nuestro país y el mundo, quiere promover ni pasar por una situación de aborto. Pero también es cierto que quienes estamos sentadas en este recinto -mujeres de clase media y media alta- tenemos información, conocimiento y acceso a los servicios de salud, y que otras mujeres no tienen esta posibilidad. Por eso lo que estamos buscando es equidad e igualdad.
Ninguno de nosotros quiere que nuestras hijas o nietas pasen por una situación de aborto por no haber tenido información, conocimiento o acceso a servicios de salud.



SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Señora diputada: su tiempo se ha agotado. Le pido que vaya redondeando su exposición.



SRA. GUEVARA, CRISTINA - - CAP FEDERAL.- Ya concluyo, señor presidente. Aún tengo que incorporar dos artículos más.
También se establece cómo sigue el control del programa. En el artículo 6°, que quedará como 7°, se determina la obligatoriedad de estos servicios con su incorporación en el programa médico obligatorio. De esta manera quedarán obligados a prestar estos servicios en pie de igualdad con otros programas no solamente los efectores públicos o el sector público, sino también las obras sociales y las entidades de medicina prepaga o privadas.
Se prevé que se haga una difusión amplia del programa. Aquí queremos incorporar -producto del consenso- dos artículos. Uno, que quedará como artículo 9°, con la siguiente redacción: "Las instituciones educativas públicas de gestión privada darán cumplimiento a la presente norma en el marco de sus convicciones." El otro, que será el artículo 10, dirá: "Las instituciones privadas de carácter confesional que brinden por sí o por terceros servicios de salud, podrán con fundamento en sus convicciones, exceptuarse del cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 6° inciso b) de la presente ley." Esta norma se refiere a la posibilidad de prescribir métodos y elementos anticonceptivos reversibles no abortivos y transitorios.
Estos dos artículos han receptado la inquietud y preocupación que nos han hecho llegar sectores vinculados a las iglesias. Después de un diálogo muy profundo, franco y criterioso con ellos, hemos llegado a la conclusión de proponer este artículo dado que no es intención de la norma crear problemas en las escuelas que son propiedad de las iglesias o cuyas convicciones no les permitan introducir este programa, lo mismo que a los efectores de salud.
Para terminar, la norma refiere a la suscripción de convenios con las provincias argentinas a efectos de que, teniendo en cuenta quienes adhieran a este programa, se diseñe su participación en las partidas del presupuesto nacional. De manera que el gasto va a estar contemplado en el presupuesto nacional y se invitará al conjunto de las provincias argentinas a adherir al programa.
Desde lo más profundo de nuestras convicciones -aclaro que si bien acompañé algún proyecto de diversos señores diputados no soy la autora especial de ninguno- hemos trabajado en la Comisión de Acción Social y Salud Pública con el convencimiento de que estamos abordando el tema de la salud con sentido de igualdad y de equidad. Por ello, con mucho entusiasmo, solicito a los señores diputados que nos acompañen en la votación de una norma que resulta tan necesaria no sólo para los más desprotegidos o que se encuentran en situación de riesgo, sino también para los más humildes y necesitados de nuestro país. (Aplausos.)



SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- La Presidencia informa a la señora diputada que sigue en orden de turno que compartirá el tiempo de que dispone su bloque para hacer uso de la palabra con la señora diputada Giannettasio. De manera que cuenta con quince minutos para realizar su exposición.
Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.



SRA. MARTÍNEZ, SILVIA VIRGINIA - - BUENOS AIRES.- Señor presidente: teniendo en cuenta la aclaración del señor presidente, me voy a referir a una de las dos iniciativas que estamos considerando en conjunto; concretamente, al proyecto de ley por el que se modifica la ley 17.132, a fin de que la doctora Giannettasio luego complete la conceptualización de nuestro bloque respecto de la norma sobre salud sexual y procreación responsable.
Como médica debo decir que la ley que regula el ejercicio profesional médico y las actividades conexas en nuestro país es una norma que contiene un número importante de obligaciones y también de prohibiciones. Lo que no contempla es derecho alguno. Tenemos la intención -esto también lo conversamos extensamente en la Comisión de Acción Social y Salud Pública- de llenar el vacío legal que existe en materia de regulación de nuestro ejercicio profesional con un derecho que hoy más que nunca se hace necesario en la medida que nuestra profesión y los conceptos éticos se entrelazan cada vez más con los avances científicos y tecnológicos.
Cada vez que tratamos en esta Cámara un tema relacionado con el equilibrio entre la humanización necesaria, la ética en la conducta de quienes estamos llamados a curar, y los avances tecnológicos, aparece una y otra vez la necesidad y el derecho del médico a ser objetor de conciencia.
Entonces, es preciso señalar qué significa objeción de conciencia sanitaria. que es de lo que se trata. Según quienes han planteado largamente este tema, se trata de la dispensa que tienen los médicos de su obligación de asistencia cuando se les exigiere un procedimiento que, por razones científicas, morales o éticas, consideran o juzgan inadecuado e inaceptable. Es preciso que quede bien aclarado que la objeción se refiere al rechazo de ciertas acciones, y no al rechazo de las personas que están necesitando asistencia médica.
En este sentido, decía el doctor Gonzalo Herranz en su trabajo La objeción de conciencia en las profesiones sanitarias: "La objeción de conciencia sanitaria incluye una declaración específica acerca del carácter intrínsecamente ético de las profesiones de salud." Afirma: "En el profesional íntegro, existe un vínculo indisoluble que entrelaza su habilidad técnica con sus convicciones morales. El objetor no sólo se niega a ser una marioneta moral accionada por quienes legislan o mandan, sino que mientras objeta proclama que la ética es el corazón de su trabajo."
En el mismo plano de la legislación comparada, el Código de Etica Médica del Sindicato Médico de Uruguay de 1995, en el Capítulo IV dice: "Derecho de los médicos. Tiene derecho a abstenerse de hacer prácticas contrarias a su conciencia ética aunque estén autorizadas por la ley. Tiene en ese caso la obligación de derivarlo a otro médico."
En nuestro país ya existe un antecedente muy importante de una ley posterior a la que regula el ejercicio profesional médico, y que la modificó. Se trata de la ley 24.004, sobre el ejercicio de la enfermería, sancionada por este Congreso en octubre de 1991. En su artículo 9° dice: "Son derechos de los profesionales y auxiliares de la enfermería: a) ejercer su profesión o actividad de conformidad con lo establecido por la presente ley y su reglamentación; b) asumir responsabilidades acordes con la capacitación recibida, en las condiciones que determine la reglamentación; c) negarse a realizar o colaborar en la ejecución de prácticas que entren en conflicto con sus convicciones religiosas, morales o éticas, siempre que de ello no resulte un daño inmediato o mediato en el paciente sometido a esa práctica; d) contar, cuando ejerzan su profesión bajo relación de dependencia laboral o en la función pública, con adecuadas garantías que aseguren y faciliten el cabal cumplimiento de la obligación de actualización permanente a que se refiere el inciso e) del artículo siguiente."
Si bien el planteo de objeción de conciencia conlleva una síntesis de derechos de los profesionales de la salud -consideración efectiva de convicciones científicas, morales o éticas, con la irrenunciable responsabilidad de garantizar atención adecuada del paciente-, el avance tecnológico del campo preventivo, de diagnóstico o tratamiento, ha generado una mayor complejidad en el ejercicio profesional y, en consecuencia, la adecuación de la legislación en esa materia resulta una necesidad imperiosa.
El sentido ético del ejercicio profesional en las condiciones actuales, donde además prevalecen modalidades laborales combinadas -sobre todo en nuestro país-, del sector público, privado y de la seguridad social, hace preciso -y esto también está contemplado en la norma- establecer procedimientos que den coherencia e integralidad a dichas prácticas. En tal sentido, la objeción de conciencia en los términos de la presente norma impide la dualidad de comportamientos según sectores de intervención. La constitución de un registro ante la autoridad competente es el mecanismo idóneo para alcanzar el fin propuesto. Es decir, no puede ser que exista un objetor en el ámbito público, y que en el ámbito privado desarrolle las mismas acciones que en el ámbito público está objetando.
Se puede afirmar que, dentro del concepto planteado, la objeción de conciencia actúa protegiendo la mayor calidad en la asistencia médica de los pacientes, en tanto suprime la obligación de intervenir fuera de sus convicciones, y seguramente con limitaciones a su real saber y entender.
Esta calidad prestacional se afirma en la presente iniciativa dado que tal temperamento se complementa con la previsión que de ello no resulte un daño inmediato o mediato para el paciente, garantizándose la derivación del paciente a otro profesional. Y se completa diciendo que "en todos los casos la autoridad sanitaria jurisdiccional o local deberá garantizar, asegurando que se realicen de manera accesible a la población, en la localidad o el área programática, la vigencia de las acciones y/o programas de salud que se interrumpieren o suspendieren en razón de este artículo".
En síntesis, la objeción de conciencia es un derecho de un médico que no debe sentir violentadas sus convicciones éticas, científicas o morales en el ejercicio de su profesión, y que al mismo tiempo debe proteger la vida y la salud del paciente a quien tiene que atender, derivándolo hacia otro profesional o grupo de profesionales que realice esta práctica, haciendo pública su objeción, y finalmente cumpliendo con aquello que el avance de la bioética hoy permite, lográndose el adecuado equilibrio -insisto- entre nuestra capacitación científica y técnica y nuestras convicciones éticas, morales y religiosas.
Este es un desafío que tiene la sociedad en su conjunto y en este caso en particular venimos a presentar un proyecto de ley que precisamente busca dotar de esa herramienta a los médicos, no sólo en relación con la otra norma que hoy estamos analizando, sino con todo el ejercicio del arte médico.



SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.



SRA. GIANNETTASIO, GRACIELA MARIA - - BUENOS AIRES.- Señor presidente: como bien decía la señora diputada Guevara, venimos hoy a discutir un programa nacional de salud reproductiva y procreación responsable. Sería bueno recordar que es la segunda vez que en esta Cámara -la primera fue en 1995- se va a dar sanción a un programa de estas características, que desgraciadamente después no fue analizado por el Senado.
La iniciativa fue revitalizada en el año 1999 con nueve proyectos de características distintas, lo que determinó la creación de una comisión conjunta que reunió a las comisiones de Acción Social y Salud Pública y de Familia, Mujer y Minoridad, que produjeron un dictamen unánime suscripto por todos sus integrantes. También intervinieron las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Ciencia y Tecnología.
Es cierto que las provincias, de la misma manera que en la organización nacional fueron anteriores a la Nación, legislaron antes en esta materia. Así, diez provincias argentinas aprobaron la cuestión por ley, dos lo hicieron por decreto y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también lo hizo por ley.
También es cierto que después de septiembre, y a raíz de las dudas que generaba el dictamen, realizamos una audiencia pública en la que se expresaron todas las posiciones, y debatimos nuevamente el tema con todos los legisladores que integran esta Cámara, con el objeto de lograr un marco de consenso que despejara las dudas que apremiaban a algunos.
Se trató de encontrar una redacción que finalizara con esta situación que todos consideramos injusta. Y cuando hablamos de situaciones de injusticia podemos reiterar lo que ha mencionado la señora diputada Guevara; podemos también recordar el informe de población para el año 2000; recordar que quinientas mil mujeres mueren por abortos en el mundo, y que el 91 por ciento vive en países en desarrollo.
Estas inquietudes podrían constituir una buena razón para comenzar la discusión de estos temas. También podríamos hablar de la maternidad temprana, de la iniciación de los jóvenes y de una realidad recurrente que sostiene que, evidentemente, los sectores más poderosos, los de mayores recursos, los mejor informados y los más educados tienen la suerte de encontrar una forma de planificación, conforme a sus convicciones. Es así como tienen un hijo o dos; en cambio, los pobres, que tampoco encuentran solución en este terreno, tienen muchos hijos, y algunos creen que esto sucede porque son pobres y no les importa.
Podríamos recordar una estadística que me impactó más, cuando me hice cargo de la Dirección General de Escuelas, que también provenía de la Maternidad Sardá. Esto es, que la mayor cantidad de mujeres que muere en los partos y la mayor cantidad de niños que muere en el primer año de vida son hijos de madres que no poseen la escolaridad completa o son analfabetas. Eso sólo servía para aceptar todos los desafíos de ese momento, como sirve ahora.
Por otro lado, debo decir que soy una militante de una causa nacional y popular. Esto lo aprendí hace más de treinta años, porque forma parte de la filosofía de mi partido.
Siempre estuvimos con los más débiles, y la futura norma no va a significar la panacea de la justicia social, pero será una ley que generará igualdad de oportunidades, además de estar a favor de la vida. De lo contrario, no tendría sentido discutir todo esto.
La futura ley igualará hacia arriba, generando opciones iguales para quienes tienen la posibilidad de contar con un pediatra desde el momento que nace su hijo, o un ginecólogo que acompaña a su hija desde la pubertad hasta la muerte. Son los que siempre tienen posibilidad de elegir cuándo tener hijos y cuándo veranear, así como soñar la vida de sus nietos. En cambio, los pobres no tienen esa posibilidad.
Llegamos al tratamiento de este proyecto de ley luego de que los representantes más importantes de la cultura nacional nos acompañaran en una campaña de capacitación y prevención del sida. Llegamos por la patología, por el miedo a la muerte y por la enfermedad. Por eso, por televisión hablamos de anticoncepción.
Todos queremos hablar desde la salud, mirando la vida. ¡Qué lindo que un médico pueda hablar con un hijo nuestro -incluso con el hijo de un pobre- y preguntarle cuáles son sus convicciones, cuál es su fe y cuál es su proyecto de vida! Así podrá asesorarlo y acompañarlo.
Todo esto es así no solamente porque se tenga miedo a morir o a contagiarse de una enfermedad, sino porque se quiere construir con alguien que ama un proyecto más largo, quizás para toda la vida.
El Programa Nacional de Salud quiso enfrentar dos demonios: los laboratorios y la industria farmacológica, por un lado, que seguramente pujaban entre vender al Estado nacional o a las provincias -según dicen algunos, y no tenemos que ocultar este debate-, y el fundamentalismo, por el otro, que planteaba la posibilidad de que el aborto fuese objeto de educación e información, con la posibilidad de elegir entre métodos naturales o anticonceptivos no naturales, fundamentalmente sobre la base de un criterio de fe. Sólo elige libremente quien es educado e informado.
Este proyecto de ley dedica mucho mayor espacio, tanto en su redacción como en su estrategia, a la articulación del Ministerio de Salud con los ministerios de Educación y de Desarrollo Social y Medio Ambiente, a la capacitación de formadores, a la educación y al tiempo de información de los grupos más vulnerables, que al suministro de anticonceptivos.
Esta no es una ley de control de natalidad; es una norma para vivir con dignidad. Es cierto que protegemos la vida desde la concepción, pero también lo es que la vida se protege todos los días también desde este Parlamento. Cuando votamos a favor de la concentración para que haya mayor exclusión, en realidad estamos matando, porque protegemos la concepción pero no la extensión de la vida.
Es cierto que hemos recibido objeciones desde la Iglesia y diversas asociaciones civiles. Las agrupamos y, en general, las redacciones fueron coincidentes en cuanto a exigir la inclusión de métodos anticonceptivos que fueran transitorios, reversibles y no abortivos. Esto fue incluido en la redacción.
Es más, esta redacción permite que muchos medicamentos que hoy compran las mujeres de clase media -por ejemplo, la pastilla del día siguiente-, que tienen un ginecólogo que las conoce, no puedan seguir suministrándose. Esto es importante, porque avanza más allá de donde llegaron esos fundamentalistas que nunca reclamaron por esa y otras ventas libres de productos.
Esta iniciativa prevé que siempre se dé información a los padres y tutores, y reivindica el instituto de la patria potestad y la Convención sobre los Derechos del Niño, con las reservas de Argentina. Asimismo, se establece el derecho a la objeción de conciencia por parte de profesionales y agentes sanitarios. Así lo han fundamentado las señoras diputadas Martínez y Guevara, y el dictamen de comisión contenido en el Orden del Día N° 1.000 fue suscripto en forma unánime.
Por último, también se establece taxativamente en la norma el respeto a los principios y el ideario propio de cada una de las instituciones sanitarias y educativas.
Con amplitud de criterio hemos receptado todas las inquietudes, cada uno desde su propia convicción. Este es un tema difícil y tenemos que saber que muchas veces nos sentimos enfrentados, pero sabemos que cuando legislamos somos plurales y lo hacemos para absolutamente todos los ciudadanos, ya que tenemos en cuenta cuál es el interés superior: la vida.
En esta redacción no quedó encubierta ninguna posibilidad de interrumpir un embarazo o de abortar, que es lo que más preocupa a la comunidad. Lo que no dije aún es que todas las mujeres que mueren por un aborto viven en condiciones de pobreza similares, y que los chicos que mueren al nacer también son, mayoritariamente, pobres. Después de mucho reflexionar y de haber aceptado, sin soberbia, hacerme cargo del juicio de Dios, me pronuncio a favor de la vida y adelanto mi voto afirmativo. (Aplausos.)



SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe, a quien la Presidencia recuerda que sólo dispone de quince minutos, pues comparte su término con el señor diputado Luis María Díaz Colodrero.



SRA. BIGLIERI, MARIA EMILIA - - SANTA FE.- Señor presidente: al sancionar una norma el legislador no puede hacerlo sino avizorando la realidad existente; no se puede basar en la utopía. En ese sentido, la realidad es que a lo largo y a lo ancho de nuestro país hay una gran cantidad de personas, en especial adolescentes que se inician en su vida sexual, que desconoce los riesgos que puede acarrear una actividad sexual indiscriminada, sin los cuidados y las precauciones que se deben tener para evitar enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados.
Resulta evidente que la sanción de un proyecto de ley no incidirá en que se lleven a cabo más o menos relaciones sexuales o en condiciones menos indiscriminadas. En consecuencia, frente a esta realidad, como legisladores asumimos hoy la obligación de hacer conocer las posibilidades existentes en materia de prevención de las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.
El artículo 2° del proyecto de ley en consideración enumera los objetivos del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, que no enunciaré pues ya han sido mencionados por las señoras diputadas preopinantes. Sin embargo, no puedo dejar de señalar que esta iniciativa constituye un intento positivo y legítimo para dar respuesta a una preocupación social relevante, privilegiando el bienestar de la comunidad sobre la base de criterios de equidad y universalidad. Afirmo esto porque -reiterando conceptos ya expresados- la clase social que cuenta con recursos económicos puede consultar a un médico para conocer los métodos anticonceptivos, que son usados por una gran parte de nuestra sociedad. Cabe preguntar entonces por qué las clases menos pudientes no pueden tener acceso a esa información. Esto es justamente lo que el proyecto de ley en consideración pretende modificar.
El bloque al que represento preserva la vida desde su concepción y vota por la afirmativa con tranquilidad, pues se ha agregado que los métodos anticonceptivos que se utilicen deberán ser de carácter reversible, no abortivos y transitorios. De esta forma se evita la inclusión de cualquier materia abortiva.
Coincido con quien me precedió en el uso de la palabra en el sentido de que este proyecto preserva la vida porque, si observamos la cantidad de abortos que existe, comprenderemos que con los métodos anticonceptivos podremos salvar a la sociedad de este homicidio que es matar a un ser, aunque sea en el vientre materno.
En el proyecto de ley queda expresamente aclarado que se está en contra del aborto, que se preserva la libertad de conciencia tanto de los profesionales actuantes como de las instituciones intervinientes, que se parte de una decisión personal y libre del interesado para la aplicación del plan, y sobre todo, que se tiende a un acceso igualitario a programas de salud que apuntan al bienestar general.
Por ello, el bloque del Partido Demócrata Progresista votará afirmativamente el proyecto de ley en tratamiento. (Aplausos.)



SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.



SR. DÍAZ COLODRERO, LUIS MARIA - L.M. - CORRIENTES.- Señor presidente: no obstante reconocer y valorar la tarea realizada por señoras y señores diputados a lo largo de todo este tiempo en búsqueda de la sanción de una normativa legal respecto del tema que nos ocupa, adelanto mi voto negativo al proyecto en debate.
A manera de colaboración, deseo traer una reflexión del obispo de mi diócesis, de una ciudad de la provincia de Corrientes, quien ha afirmado aún más mis convicciones acerca de esta cuestión para poder votar responsablemente.
El dice lo siguiente: "La Iglesia sabe que, en el contexto de las democracias pluralistas, es difícil realizar una eficaz defensa legal de la vida por la presencia de fuertes corrientes culturales de diversa orientación. Sin embargo, movida por la certeza de que la verdad moral encuentra un eco en la intimidad de la conciencia, anima a los políticos, comenzando por los cristianos, a no resignarse, y a adoptar aquellas decisiones que, teniendo en cuenta las posibilidades concretas, lleven a establecer un orden justo en la afirmación y promoción del valor de la vida. Aplicando este compromiso al proyecto de ley en cuestión, los legisladores, en conciencia, tendrían que requerir al menos que se modifique en los siguientes puntos:..."
A continuación los cita. Primero, que los métodos a los que alude el proyecto de ley sean en todos los casos transitorios, reversibles y no abortivos. Tengo entendido que esto ha sido incorporado así al dictamen. Segundo, que se dé siempre información e intervención a los padres y/o tutores. Esta cuestión también se incluyó en el dictamen. Tercero, que el texto especifique nítidamente el derecho a la objeción de conciencia por parte de los profesionales y agentes sanitarios. Este punto se agregó. Cuarto, que se respeten los principios y el ideario propio de cada una de las instituciones sanitarias y educativas. Esto también fue incorporado.
El señor prelado termina diciendo lo siguiente: "Dejamos en claro que cuanto antecede de ningún modo significa que sea un 'proyecto de ley consensuado con la Iglesia', sino tan sólo un procurar el mal menor en el caso de que el señor diputado/a nacional viera que no es posible lograr que el proyecto sea rechazado en el recinto.
"Recemos por nuestros representantes, para que actúen con responsabilidad delante de Dios y de los hombres, puesta la mano sobre el Evangelio y el corazón."
Seguramente este proyecto va a ser aprobado, pero adelanto que yo voy a votar en contra de esta iniciativa atento a mis profundas convicciones católicas. Créanme que procederé de esta manera no por estrechez mental, cinismo o hipocresía sino porque realmente lo siento así. (Aplausos.)



SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por la Capital.



SRA. FERRERO, FERNANDA - - CAP FEDERAL.- Señor presidente: el proyecto que estamos tratando tiene una larga historia dentro de esta Cámara. No quisiera equivocarme, pero creo que insumió siete años de debate, tanto en el seno de la Comisión de Acción Social y Salud Pública como fuera de ella, en este recinto y en la Cámara Alta. De acuerdo con lo que se me ha informado fueron siete años de coincidencias y desavenencias; siete años de trabajo arduo para encontrar el equilibrio, a fin de no dejar ninguna puerta abierta a ciertas conclusiones a las que llegan algunos respecto al no respeto a la vida. No podría haber sido de otra manera, porque nuestra Constitución garantiza el derecho a la vida. Por lo tanto, esta Cámara y este proyecto no pueden contradecir la Constitución Nacional.
El año pasado me incorporé a la Comisión de Acción Social y Salud Pública y, cuando arribamos a las primeras conclusiones y a los primeros borradores, tuve la sensación de que estaba frente a un proyecto de ley docente, ya que era una propuesta para informar y enseñar.
En algunos casos las señoras diputadas preopinantes señalaron que este es un proyecto que protege a los más débiles. Estoy de acuerdo. Pero los débiles no sólo están dentro de los grupos de pobreza; los débiles también están en los niveles intermedios de nuestra sociedad y son los jóvenes cuyos padres no quieren conversar con sus hijos de temas fundamentales, ni brindarles información, ni aconsejarlos o, directamente, acompañarlos. Por eso este proyecto no es sólo para los más débiles y los más pobres, sino también para los que no quieren involucrarse. Es importante destacar esto porque, si no, daría la sensación de que estamos legislando para un sector, cuando en realidad el principio de una ley es el de la universalidad. No debemos legislar para un pequeño sector -que en este caso sería el de los más pobres-; debemos legislar para todos.
De acuerdo con lo que señaló la señora miembro informante, se introdujeron algunos cambios al proyecto original. También se aclaró que esta iniciativa contribuye a la prevención y detección precoz de enfermedades de transmisión sexual, de HIV/sida y de patologías genito-mamarias. Sin embargo, no nos engañemos pensando que con sólo utilizar un preservativo o algo parecido vamos a evitar que exista el sida. Debemos seguir legislando y preocupándonos para que esta enfermedad aterradora no llegue a nuestros niños y a nuestros jóvenes.
Por otro lado, se remarcó el hecho de potenciar la participación femenina en la toma de decisiones relativas a su salud sexual y procreación responsable. Al respecto, quiero aclarar que en mi pensamiento y en el de los demás integrantes de mi bloque está la convicción de que en la naturaleza femenina está el ser madre. Por lo tanto, la decisión puede ser tomada por la mujer, pero no olvidemos que todas tenemos en nuestra propia naturaleza el ser madre. En mi opinión, esto es muy importante.

-- Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 3° de la Honorable Cámara, doctor Carlos Mario Balter.



SRA. FERRERO, FERNANDA - - CAP FEDERAL.- También se habló de la modificación del actual artículo 4º, donde se hace referencia a la patria potestad y a la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Nuestro bloque ha pedido específicamente -y la solicitud ha sido receptada por la comisión- que se ponga énfasis en este artículo.
De ninguna manera vamos a negar el derecho que tienen los padres a criar a sus hijos con la educación y las creencias que ellos consideran convenientes y en la forma en que estimen conveniente hasta su mayoría de edad. Este es el deber y el derecho de los padres.
Por último, adelanto que durante la discusión en particular vamos a proponer un pequeño agregado al artículo 8°, en parte que dice: "Las instituciones educativas públicas de gestión privada darán cumplimiento a la presente norma en el marco de su ideario". Nos gustaría agregar "confesionales o no". Consideramos que hay escuelas que no son confesionales -me refiero a las privadas, por supuesto- que de todas maneras tienen un fuerte ideario de tipo religioso.
Al igual que las señoras diputadas preopinantes, considero que esta ley es para la vida y no deja ninguna puerta abierta para hablar del aborto.
Expresándonos con claridad y precisión, se trata de una ley de información; y sabemos que la información es necesaria para nuestros niños y niñas, para nuestros jóvenes, y -por qué no decirlo-, también para nosotros, porque hay muchos adultos que no cuentan con la información completa en cuanto a los riesgos de una sexualidad no responsable. (Aplausos.)



SR. PRESIDENTE BALTER.- Tiene la palabra la señora diputada por el Chaco.



SRA. CARRIÓ, ELISA MARIA AVELINA - - CHACO.- Señor presidente: deseo referirme a algunas cuestiones previas.
En primer término deseo manifestar, para que quede constancia en actas, el profundo rechazo que en forma personal y como diputada de la Nación, me produce la forma en que distintos grupos presionan para la sanción de algunas leyes.
Los lobbies encarnizados, aun cuando provengan de sectores religiosos, desmerecen a la política y a la Iglesia. Quiero que este concepto quede expresamente incluido en mis manifestaciones.
La segunda cuestión a la que deseo referirme es un tema al que considero central. En contestación a lo señalado por la diputada preopinante, diré que en realidad el estado de naturaleza es un estado de fuerza, en el que los que dominan -justamente porque no hay ley- son los que tienen los recursos o manejan la cultura.
En consecuencia, el dictado de la ley es para reestablecer el equilibrio de la igualdad en sociedades diezmadas por la fuerza. La ley, mediante la igualdad y la discriminación inversa, es la que equilibra a los sectores objeto de esa dominación, es decir, a los pobres. Es obvio que estamos en las antípodas ideológicas.
En tercer término, debo decir que esta no es una ley de los hombres, y es por ello que no se pudo tratar en el recinto de esta Cámara de Diputados por tanto tiempo.
Quiero aclarar que hablo como feminista y por el derecho de las mujeres a ser personas. Esta es una ley que incumbe a las mujeres de este país y por eso es que pudo ser objeto de tantas presiones e indiferencia. La presión, la indiferencia y el desconocimiento han sellado la herencia de la cultura machista sobre las mujeres. (Aplausos.)
En esta concepción, el cuerpo de las mujeres -no solo su mente- ha sido objeto de dominación. En consecuencia, se puede establecer una clara diferencia entre la autonomía de la libertad de los hombres y el destino de las mujeres.
Los hombres siempre pudieron decidir. Las mujeres siempre llevaban en sus cuerpos un destino. En consecuencia, las mujeres no tenían toda la libertad de la que gozaban los hombres.
Me niego a hablar acerca de si esto favorece o no la cultura del aborto, porque no soy abortista. Me niego a hablar de una propaganda falsa que se hace para impedir que las mujeres pobres tengan el mismo derecho que aquellas de clase media que concurren a las misas de 7 y firman los documentos a favor o en contra de la ley de salud reproductiva. (Aplausos.)
Como ya lo he dicho, hay que vivir en las provincias pobres, para saber que la maternidad a los diez, once o doce años no es consecuencia de una menor que decidió tener relaciones, sino de la decisión de un adulto que se apropió del cuerpo de esa niña. En la maternidad infantil y adolescente siempre hay abuso, ya sea por parte de los parientes adultos o de los hombres en general. Entonces, esta niña empieza a saber a los once años que su vida y su cuerpo tienen un destino que está en manos de la dominación del otro.
He trabajado en planes contra la violencia, porque -debemos decirlo- esto es violencia contra las mujeres. Aquí no se trata solamente del derecho a decidir: esta es la larga historia de la violencia sobre el cuerpo de las mujeres pobres.
Recordemos el caso de María Soledad. ¿Saben por qué ése no fue un crimen importante? Porque la que había sido violada era una mujer pobre, y aquí está el señor diputado Pernasetti que sabe que es así.
Sólo cuando las mujeres empezaron a caminar para pedir verdad y justicia esta historia cambió para enseñar a la Argentina que la dominación no se hace sobre los cuerpos de las mujeres pobres. Esas mujeres tienen el derecho a ser informadas; nadie puede decidir si no sabe. Todas deben saber mínimamente que tienen sobre su cuerpo un derecho humano fundamental. Negarles el derecho a saberlo es limitarlas y obturar su voluntad de decidir, y no hay en la herencia judeocristiana -lo digo como católica- ninguna expresión, ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, que diga que hay un destino. La obediencia a Dios es fundamentalmente libertad, y para ser libre hay que saber.
En consecuencia, lo que se procura con estas discusiones falaces es imponer a las mujeres pobres de este país un destino que ya tienen por ser pobres, como ya lo tienen por una razón de género.
Represento a la provincia que tiene el mayor índice de maternidad infantil. Cuando recorro los barrios, las chicas de dieciocho años me dicen: "Lilita: tengo ya seis hijos" o "tengo prolapso de útero". No son profesionales ni chicas que concurren a buenos colegios; son adolescentes que empiezan a trabajar en casas de familia por sueldos de hambre cuando tienen once años. ¡Vaya si alguno de los presentes no sabrá qué les pasa a las adolescentes pobres cuando llegan a las casas de las familias ricas! Pero si hay embarazo, las despiden en el acto, y esas madres de trece o catorce años quedan sin trabajo y sin saber qué fue de su cuerpo, de su vida, de su destino y de su cultura.
No estamos hablando del niño por nacer; estamos hablando de niñas que no pueden vivir en las condiciones de extrema pobreza y de dominación machista y económica de nuestros pueblos. ¡Claro, de ellas se ríen, porque están en las afueras! ¡Pueden ser usadas! No conozco a ningún militante de las parroquias, ni a ningún sacerdote o monja que trabaje en las villas de nuestro país, que no desee esta norma. Sugiero a los diputados que visiten Quilmes, y advertirán que lo que digo es cierto cuando comprueben el destino desastroso de estas criaturas. ¿Saben quiénes están en contra de que se usen pastillas o un DIU para evitar tener diez hijos a los veintiún años? Las que vamos a misa de siete de la tarde, las que tenemos todo y no podemos explicar cómo tenemos tres hijos si alguna vez no tomamos un anticonceptivo. (Aplausos.)
En consecuencia, quiero que quede claro al pueblo argentino que éste es el derecho de una niña a saber qué es su cuerpo, y de una adolescente o de una mujer a no tener que elegir entre la leche del hijo o el anticonceptivo. Este es el derecho que no tienen algunas, porque nosotros, como clase política, hemos construido una sociedad de exclusión, una sociedad que hace víctimas a las más víctimas. Y las más víctimas entre las víctimas son las mujeres.
Por eso aclaro que no tengo ningún problema y que voy a apoyar totalmente esta iniciativa, no sólo en nombre de mi conciencia y en el del pueblo de la provincia del Chaco, sino también en el de mis más profundas y hondas convicciones cristianas. (Aplausos prolongados.)



SR. PRESIDENTE BALTER.- Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- Señor presidente: en primer lugar quiero rescatar el trabajo efectuado por la comisión durante mucho tiempo. Cuando llegué a esta Honorable Cámara el dictamen ya había sido consensuado y aprobado.
Por otra parte, pido disculpas si en algún momento cometo alguna torpeza contra algún señor legislador. El tema en discusión es muy profundo y hay varias cuestiones que merecen ser analizadas. En primer lugar, si la norma trata sobre salud y reproducción, o si detrás de este nombre se esconde una política antinatalista.

-- Manifestaciones en las galerías.



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- Pido al público respeto, como lo tuve yo al escuchar las palabras de los diputados que me precedieron.
En 1995 se trató en este recinto un proyecto similar, que creo se denominó de paternidad responsable. El fin perseguido era la implementación de políticas antinatalistas.
La segunda de las cuestiones que me gustaría abordar es si este proyecto contempla los intereses de la Nación o si, en realidad, hemos copiado un proyecto promovido en las Naciones Unidas por los países desarrollados, que esconde intereses geopolíticos de esos países del primer mundo en contra de los países periféricos.
En tercer lugar, quiero referirme a lo que manifestara el señor diputado Díaz Colodrero: si en el fondo lo que traduce el proyecto contempla la dignidad de la persona humana como tal.
¿Qué es la salud reproductiva? No deja de llamar la atención el título de estos proyectos. En efecto, se denominan de salud reproductiva, pero resulta que es un hecho científicamente demostrado que los elementos artificiales de control de la natalidad que se difunden en esos proyectos son altamente perjudiciales para la salud de la mujer.
Precisamente, en una conferencia internacional sobre familia y vida llevada a cabo en Santiago de Chile en 1994, el doctor Rafael J. Cabrera Artola, decano de la Facultad de Medicina de Managua, decía que llamaba la atención cómo países en vías de desarrollo y del tercer mundo eran agredidos arteramente por medio de programas de salud reproductiva promovidos por organismos de las Naciones Unidas. Mediante esos programas se administraban gratuitamente a mujeres de escasos recursos elementos llamados anticonceptivos, como las píldoras y los DIU, que en Estados Unidos son vendidos con prospectos que señalan hasta diecisiete contraindicaciones para la salud de la mujer, mientras en los países subdesarrollados eran administrados sin aclaración ni reserva de ninguna clase.
Considero esto como una auténtica agresión a nuestras mujeres, a quienes rindo homenaje en este recinto, porque nunca olvidaré que una mujer me llevó en su vientre y que otra fue la madre de mis siete hijas mujeres. A ellas rindo homenaje.
En consecuencia, lejos de proteger la salud de las mujeres, estos proyectos significan una verdadera amenaza para su integridad física.
No podemos soslayar la verdadera falacia que significa señalar como métodos de salud reproductiva a aquellos que intentan evitar la concepción, ya que evidentemente ello significa ni más ni menos que considerar al hijo concebido como una auténtica enfermedad.
Se invoca también como fundamento algo que mencionó la señora diputada Carrió cuando se refirió a las mujeres y niñas violadas. Yo me pregunto: ¿acaso antes de la violación van a tomar una pastilla anticonceptiva? ¿Van a prever que las van a violar? El abuso y la violación se sufren igual con los anticonceptivos, que lesionan la salud de la mujer.
Me pregunto también si la solución pasa por que dichas mujeres utilicen estos métodos perjudiciales para su salud, para que sus maridos las puedan seguir golpeando y violando, como alguna vez se dijo.
¿Cuál es el verdadero problema? ¿La violencia familiar, la violación o la falta de difusión de los métodos anticonceptivos? ¿Se podría, por ventura, pretender que la solución para dichas mujeres pase por que estén bien adiestradas sobre métodos anticonceptivos para que sus maridos las sigan golpeando o sus violadores las sigan violando sin riesgo de embarazo? ¿O, por el contrario, se debe buscar una respuesta que las preserve en su dignidad?
Aquí quiero entrar también en un problema que es nuestro. Es cierto que los países del norte se plantean sus problemas de carácter geopolítico, y fíjense que el canciller alemán, socialista, nos habla hoy de una familia tradicional. Esto es importante, pero lo hace por la existencia de un grave problema geopolítico, creado por sus propias políticas anticonceptivas desde hace cuarenta años.
Alemania, al igual que los demás países de Europa, tiene índices importantes de decrecimiento poblacional y entonces debe fortalecer a la familia para que puedan tener hijos ahora. Por eso se habla hoy de la dignidad de la persona humana. No es que el matrimonio sea bueno porque les interese o por la dignidad del ser humano, sino porque esos países están despoblados y tienen miedo de ser invadidos por los árabes, los turcos o los asiáticos.
Días pasados se generó un grave problema porque, a raíz de la diferencia de idiomas, al no entenderse dos empleados se produjo un choque de trenes.
Quiero volver a los antecedentes patrios y referirme a uno de nuestros próceres más ilustres, el doctor Juan Bautista Alberdi, quien decía hace casi ciento cincuenta años que gobernar es poblar. Hoy nos encontramos tristemente -lo debo decir- con un país riquísimo, con uno de los países potencialmente más ricos de la tierra, que cuenta con todas las riquezas naturales habidas y por haber, ya sea en agricultura o en minería, y sin embargo tenemos el índice de crecimiento más bajo de Sudamérica. Ese índice es del 1,8 por matrimonio, cuando la reproducción necesaria que debe producir una pareja para mantener el índice de reposición poblacional debe ser del 2,1. Este tema es muy grave, porque la tendencia apunta a bajar al 1,6, y no quiero pensar al nivel que podríamos llegar cuando esta ley tenga vigencia.
Sí me animo a pensar, como lo hizo el presidente Perón en 1974, que la Argentina será potencia cuando tenga cien millones de habitantes. En ese año, con la visión propia de un gran estadista, Perón dictó el decreto 659/74, que decía en sus considerandos: "La persistencia de los bajos índices de crecimiento constituye una amenaza que compromete seriamente aspectos fundamentales de la República. La alarmante situación demográfica obedece a causas múltiples y complejas, de orden social, económico y cultural, que se relacionan estrechamente con un problema nacional que requiere de la especial preocupación de las autoridades, de la atención y colaboración de la ciudadanía."
Aquí abro un paréntesis para señalar que, además de tales factores, existen otros determinados por intereses no argentinos, que es lo que yo señalaba recién. Esto está claro en el proyecto del señor diputado Soñez, que en los considerandos explica que el presidente Lyndon Johnson decía que era mucho más retributivo para ellos invertir cinco dólares en anticoncepción que 100 dólaresen desarrollo.
Continúo con la lectura del decreto 659/74, que señala que: "Además de tales factores existen otros determinados por intereses no argentinos que auspician y estimulan modos de vida antagónicos con los que corresponden al destino de un gran país, desalentando la consolidación y expansión de la unidad familiar, promoviendo el control de la natalidad, desnaturalizando la fundamental función maternal de la mujer, y destruyendo finalmente a nuestros jóvenes en el natural deber que tienen como protagonistas del futuro de la patria."
Hace poco tiempo el presidente Menem estableció por decreto el "Día del Niño por Nacer". Hago mención especial de este hecho porque, en representación del Santo Padre, vino de Estados Unidos el cardenal primado Bernard Law, y dijo que de esta manera se iniciaba una nueva globalización en el mundo: la de la cultura de la vida, en contraposición con la globalización de la cultura de la muerte, que se venía extendiendo progresivamente por todas las naciones del mundo. Además señaló que la República Argentina tenía el gran privilegio de ser la iniciadora de esta nueva globalización. Luego se adhirieron a la iniciativa algunos otros países, como Guatemala y El Salvador.
La feliz iniciativa en pro de la familia y la vida, tanto aquella de "gobernar es poblar", como la de nuestra cultura jurídica, es amplia y se remonta a los orígenes de nuestra nacionalidad. Tanto la Asamblea del Año XIII, como el Estatuto Provisional de 1815, el Reglamento Provisorio de 1817, las Constituciones de 1819 y de 1826, como así también la Constitución de 1853, el Código Civil de 1869 y la Constitución de 1994, se caracterizaron por contener normas específicas en defensa y resguardo de la vida humana desde su concepción.
Pero lamentablemente, repito, en forma simultánea a todo esto -que tan bien hicimos en la Argentina-, se vinieron esparciendo en nuestra patria las sombras de la cultura de la muerte, equivocadamente conceptuada como una legislación progresista que está a tono con las leyes de los países más económicamente avanzados del orbe. Sin embargo, esta cultura de la muerte, que con tanta valentía denunciara su Santidad Juan Pablo II en la Encíclica Evangelium vitae, se ha hecho presente en nuestro país. Así, entre las sombras denunciadas constituye un hito muy significativo este proyecto que, como una creciente mancha de aceite, se esparce progresivamente por toda la geografía de nuestra patria.
¿Dónde está el origen de toda esta cultura? Nació con Thomas Robert Malthus, quien comenzó con las teorías modernas sobre población. En su primer ensayo de población calculó erróneamente que los alimentos crecían en forma aritmética, mientras la población lo hacía en forma geométrica. Según su cálculo, Inglaterra -que en 1798 tenía siete millones de habitantes- pasaría a tener ciento doce millones un siglo después, y de ellos 77 millones morirían de hambre. Nada más erróneo: casi dos siglos después, en 1994, la población de Inglaterra era de cincuenta y seis millones de personas, sin ningún problema de hambre, en un país con grandes corrientes inmigratorias porque es la nación que mejor recibe las inmigraciones en la vieja Europa.
Este curioso pastor anglicano llamado Malthus criticaba las leyes sociales existentes en Inglaterra hacia fines del siglo XVIII porque consideraba que al ayudar a los más pobres se violaba la ley de selección natural que quiere que los más fuertes y capaces sobrevivan, y los más débiles perezcan.
Francis Galton, uno de los propulsores de la eugenesia, que es la ciencia del mejoramiento del linaje humano, da un paso adelante con respecto a Malthus y propone la intervención médica para proceder a la selección artificial de los seres humanos. Pensaba que había que disuadir a los pobres de procrear, porque resultaba inútil gastar dinero tratando de mejorar o transformar el medio social de los países pobres.
Luego, en forma más reciente, la famosa IPPF -Federación Internacional para la Paternidad Planificada-, fundada a instancias de John Rockefeller III en 1952, y la Federación Americana para la Paternidad Planificada, proveen las leyes y los medios a los países del Tercer Mundo para la venta de anticonceptivos. Estas federaciones tienen filiales en ciento setenta y ocho países de todo el mundo y, sin temor a equivocarnos, las podemos calificar como las federaciones internacionales de la cultura de la muerte, ya que promueven a escala mundial la anticoncepción por medios artificiales, la esterilización y el aborto.
A modo de comprobación, fijémonos en el caso de Brasil, que es uno de los diez países seleccionados por la IPPF y las Naciones Unidas para provocar la esterilización de la mujer. Además, en relación con el aborto, proporcionan sugerencias para ayudar a burlar las leyes nacionales que lo prohíben y fomentan su despenalización.



SR. CORCHUELO BLASCO, JOSE MANUEL - - CHUBUT.- ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia?



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- No, señor diputado, porque no quiero perder el hilo de la exposición.



SR. PRESIDENTE BALTER.- Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Tucumán.



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- Señor presidente: recién cité -en relación con el proyecto del señor diputado Soñez- al ex presidente norteamericano Lyndon Johnson, que en 1965 -hace treinta y seis años-, en declaraciones ante las Naciones Unidas, decía: "Actuaremos sobre la base de que cinco dólares invertidos en control de la natalidad valen más que cien invertidos en crecimiento económico."
Henry Kissinger, ex secretario de Estado norteamericano, preparó el famoso memorándum 200, titulado "Implicancias del crecimiento demográfico de la población mundial para la seguridad de los Estados Unidos y sus intereses de ultramar." Este memorándum se mantuvo escondido alrededor de casi veinte años, pues era secreto; pero ya está en cualquier biblioteca y se lo puede consultar.
En dicho informe se expresa que la pérdida de mercado para los productos de los Estados Unidos debido a la disminución de las poblaciones allende los mares será ampliamente compensada por la continua ventaja de que disfrutarán los Estados Unidos al mantener el control mundial.
Recién hice mención a un interesante artículo aparecido en el diario "La Nación", referido a la disminución de la población y las olas inmigratorias. Allí se dice que hay países, como los de la ex Unión Soviética, que en 2050 pasarán a tener ciento cinco millones de habitantes, cuando en la actualidad cuenta con ciento cuarenta y dos millones. Lo mismo está pasando con países como Francia -que se está despoblando-, España, Italia y Bulgaria. Contrariamente, el gobierno alemán paga mil dólares de por vida a la madre que tiene un hijo; dos mil si tiene dos, y así sucesivamente. Sucede que estas políticas antinatalistas, implementadas por medio de legislaciones como la que hoy -más de treinta años después- se pretende sancionar, han fracasado desde el punto de vista económico.
A veces algunos tienen algo de temor de expresar sus creencias en un ámbito como el Parlamento, pero confieso -algún diputado lo hizo antes que yo- que soy católico y trato de vivir la fe en la lucha diaria, lo que es difícil. En ese sentido, siguiendo a un filósofo, debo decir que el último recurso es el hombre: por cada hombre que viene al mundo, además de una boca para comer llegan dos brazos para trabajar y una inteligencia para pensar. Quienes creemos en Dios sabemos, además, que cada hombre que viene al mundo tiene una vocación única e irrepetible de eternidad. Me estoy refiriendo a Julian Simons, quien sostiene que el problema no es la población numerosa sino la falta de educación. Es necesario que la población esté capacitada para ir resolviendo los desafíos que se le van presentando.
En verdad la tesis de Malthus se dio de patadas con la realidad pues, al sostener que los alimentos crecían en forma aritmética, partió de un determinismo en virtud del cual no pudo prever que el hombre desarrollaría técnicas de cultivo, fertilizantes y una gran cantidad de adelantos no existentes en su tiempo, por los cuales los alimentos se multiplicaron enormemente. Resulta evidente que falta la decisión política y ética para que esa superabundancia de cosechas y alimentos sea mejor distribuida, con el objeto de eliminar el hambre de la Tierra.
El cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, dijo que estamos viviendo una época de crónica debilidad de los espíritus, y que sólo sociedades enfermas pueden aceptar el aborto y las prácticas anticonceptivas. Sin embargo, salvo en Malta e Irlanda, hoy en Europa tales prácticas son legales en todos los países.
En su mensaje a la IV Conferencia Internacional sobre el sida, Su Santidad el Papa Juan Pablo II, partiendo de la base de que el 90 por ciento de los contagios de esa enfermedad se produce por medio de las drogas intravenosas y de la promiscuidad sexual -en definitiva son las que originan estas legislaciones-, dijo que el síndrome de inmunodeficiencia adquirida ha proliferado porque, paralelamente, se ha venido manifestando una especie de inmunodeficiencia en el plano de los valores existenciales, que no puede dejar de reconocerse como una verdadera patología del espíritu.
Considero que el cardenal López Trujillo y el Papa nos están indicando la clave por la cual pasa la crisis de nuestra sociedad.
Hoy la cultura de la muerte se ha instalado en el mundo, logrando que aparezca como cierta aquella frase de Hobbes, homo hominis lupus, es decir, el hombre es el lobo del hombre.
La Madre Teresa de Calcuta, que es el ejemplo vivo del cristiano que trabaja por el amor y la vida, que acogía a diario a los niños abandonados en los suburbios de Calcuta, nos decía: "Si no quieren a los niños, dénmelos; yo los quiero y juntos les daremos una vida maravillosa". Es uno de los testimonios más grandes de visión sobrenatural que debemos tener frente a cada persona concebida, llamada en primer lugar a ser hija de Dios y a gozar de su presencia eterna en el cielo.
Voy a terminar haciendo referencia a dos personas que pasaron por este Congreso.
Hace poco el Nuncio Apostólico participó de las jornadas que se organizaron en relación con la Comisión del Jubileo 2000, y dijo lo siguiente: "Debemos recordar que para la Iglesia la persona humana, hombre o mujer, sin distinción, es el ser más alto que puebla la tierra; es el custodio del mundo creado que debe respetar y cuidar. Es un ser libre capaz de pensar, de buscar la verdad, la belleza, de descubrir un universo ético de conducta, de crear una familia y una sociedad, de realizar portentosos progresos científicos, económicos, sociales, y de elevarse con su razón a descubrir el sentido de la vida, que no puede encontrar solución si no es en el Absoluto. Un camino éste sostenido por el diálogo confiado y una amistad sincera".
Finalmente citaré a un ilustre tucumano, el doctor Ernesto Padilla, quien el 29 de agosto de 1902, cuando por primera vez se debatía la ley de divorcio -buscando importarla de los países del Primer Mundo-, decía: "Queremos una Nación. Queremos algo que sea propio, algo que sea argentino, como es el territorio; algo que tenga significado en nuestra tradición, su traducción en nuestra historia y que se condense en votos y aspiraciones comunes que identifiquen las almas y las levante con los mismos entusiasmos y con los mismos ideales".
Podemos, pues, oponernos con entera tranquilidad a la sanción de este proyecto, levantando también nuestros ojos hacia los altos destinos de la patria; podemos pensar que la servimos con sinceridad y hacemos obra de civilización al negarnos a romper las tradiciones conquistadas del hogar argentino en homenaje a teorías o principios de suelos extraños, y que buscamos lealmente esos ideales, que no perseguimos entre la bruma de las negaciones sino en esa región serena donde el alma argentina encuentra el rayo amigo que abrazó y levantó el corazón de sus mayores.
Podemos votar en esa forma manteniendo con vigor la confianza en su grandioso porvenir, porque no necesita pedir prestado el ropaje a otra raza para poder triunfar, desde que tiene en su seno la rica semilla que lleva el beso fecundo y auspicioso de todos los vientos puros de la tierra.
Por lo expuesto, nuestro bloque votará negativamente el proyecto en tratamiento. (Aplausos.)



SR. PRESIDENTE BALTER.- En razón de haber sido aludida, tiene la palabra la señora diputada por Chaco.



SRA. CARRIÓ, ELISA MARIA AVELINA - - CHACO.- Señor presidente: voy a formular tres precisiones.
En primer lugar, es cierto que en determinados organismos internacionales se han implementado planes de esterilización como modo de disminuir la pobreza. He tenido un enfrentamiento muy duro en una sesión en las Naciones Unidas en ocasión de explicar por qué entiendo que bajo ningún concepto la ley argentina puede incorporar planes de esterilización. Debemos entender claramente cuáles son esos planes. Recuerdo en el caso del Perú, la cuestión se encuentra hoy en la Comisión Internacional de Derechos Humanos.
Los planes de esterilización no están vinculados a la posibilidad de que las mujeres pobres tengan un mecanismo que les permita decidir cuántos hijos tener y en qué momento, sino que está directamente vinculado a la atadura de trompas y a la esterilización de los hombres.
Este proyecto fija un criterio absolutamente contrario, porque lo único por lo que no han peleado es justamente por esto. Incluso se lo dije a mucha gente que estaba preocupada por este tema. Reitero que los planes de esterilización -que existen- están vinculados a las ataduras de trompas, que este proyecto prohíbe expresamente. Por lo tanto, esta iniciativa no sólo no habla de planes de esterilización, sino que es contraria a ellos. Por ello creo que el señor diputado no sabe de qué está hablando.
En segundo término, él también se refirió a la familia, y como hizo tantas referencias a documentos cristianos habría que recordarle que la familia no es un hombre, una mujer o una reproducción para que haya mano de obra calificada en los países pobres. Cuando el Evangelio se refiere a la familia habla de la unión en el amor, en la libertad y en la responsabilidad. Pareciera que este señor ambiciona género para generar brazos.
Por otro lado, muchos de los presentes creemos en el milagro de la vida y de la concepción. Pero la mayoría de nosotros no estamos dispuestos a soportar la hipocresía de los días conmemorativos. Gracias a Dios, el día que el ex presidente instaló este tema me llamó a mi casa la señora Zulema Yoma para decirme: "Lilita: quiero hablar en nombre de mi historia para que callen los hipócritas". Así fue, y dejaron de hablar del niño.
Por otra parte, creo que de mala fe se vincula este tema con la cuestión de la vida. Acá estamos frente a un problema de saber y de libertad. En todo caso tenemos que desmitificar la cuestión. No se puede estar a la vez en contra de una ley de salud reproductiva y en contra del aborto clandestino que lleva a la muerte a las mujeres pobres. Que no mientan: si uno está en contra de estas leyes lo que hace es habilitar, multiplicar y propiciar el aborto clandestino de las mujeres pobres de la Argentina. (Aplausos.)
Con respecto al tema de la educación quiero señalar que como cualquier otro militante cristiano o de otra religión siento que hemos hecho muy poco para pelear desde nuestros lugares en contra de la pobreza que permite la violencia. Si no hemos hecho cosas como clase política, los que además de la política tenemos una militancia cristiana deberíamos saber que allá afuera se hizo muy poco para educar a las familias respecto de esta cuestión. Tendríamos que decir que nuestra militancia cristiana se redujo al ritual de ir a una misa y no a pelear día a día por una educación y una política distintas.
Por último, es extraño tanto discurso por parte del miembro de un partido cuyo presidente ni siquiera pudo asumir porque está imputado de genocidio. (Aplausos.)



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- Pido la palabra por haber sido aludido.



SR. PRESIDENTE BALTER.- Por haber sido aludido, tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.
Le ruego que sea muy breve en su exposición, señor diputado.



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- Pretendo ser breve, señor presidente, pero la diputada Carrió no sólo me ha ofendido a mí; evidentemente está arriba de la palmera. La soberbia que la embarga es de tinte mayúsculo.
Juzga a todos los católicos y a todos los cristianos. De acuerdo con lo que manifiesta, ella es la única que se puede salvar; es la única que tiene la verdad.
Esto es algo que no puedo permitir. Si soy pecador, yo sabré qué tengo que hacer, pero ella no puede venir a juzgar las conductas no públicas de las personas. Está juzgando a toda la grey católica. ¿Quién es ella? La soberbia la está volviendo realmente una alienada.
Tampoco puedo permitir que venga a acusarme de pertenecer al partido político de un genocida, porque la persona a quien alude no ha sido condenada por la Justicia.

-- Varios señores diputados hablan a la vez.



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- Esto es algo que me duele porque respeto a la diputada Carrió. Ella sabe muy bien que la respeto y que hasta le tengo afecto.
Sin embargo, ella no puede venir a juzgar a todo el mundo como si todos fuésemos pecadores y la única que no revistiera esa condición fuera ella.
Además, en una hábil dialéctica, quiere hacer quedar a todos los que estamos en contra de esta ley como abortistas, como promotores del aborto clandestino.
Digo que no al aborto -como lo dije- y sí a la educación. Además, digo que no a la anticoncepción porque es nefasta para el país; nuestra tasa de crecimiento es muy baja.
Esto forma parte de una cuestión mucho más profunda. Ella lo sabe y me ha entendido, porque es muy inteligente. Lo que ocurre es que ella tiene ánimo de ofender a la gente.
¡Voy a plantear una cuestión de privilegio contra la diputada Carrió! ¡Ella no tiene derecho a calificar a toda la grey católica como lo ha hecho! (Aplausos.)



SR. BUSSI, RICARDO ARGENTINO - - TUCUMAN.- Pido la palabra.



SR. PRESIDENTE BALTER.- ¿Es para una cuestión de privilegio, señor diputado?



SR. BUSSI, RICARDO ARGENTINO - - TUCUMAN.- No, señor presidente.



SR. PRESIDENTE BALTER.- Entonces, lo anoto para hacer uso de la palabra, señor diputado.



SR. BUSSI, RICARDO ARGENTINO - - TUCUMAN.- Quiero decirle a la señora diputada Carrió que estoy cansado de escuchar a Shirley Mac Laine, que trabaja para las cámaras, que es la dueña de la democracia, que le dice a la gente...



SR. PRESIDENTE BALTER.- Señor diputado: si usted lo solicita, lo anotaré en la lista de oradores, o bien puede plantear una cuestión de privilegio. De lo contrario, corresponde que haga uso de la palabra la señora diputada Milesi.



SR. LIX KLETT, ROBERTO IGNACIO - - TUCUMAN.- No he terminado, señor presidente.
Quiero hacer una última reflexión. ¿Quién es ella para venir a juzgar conductas?



SR. PRESIDENTE BALTER.- Le pido por favor que no altere el orden de la sesión, señor diputado. Hay veinticinco oradores anotados para hacer uso de la palabra. Usted la solicitó para hacer una aclaración, y la ha realizado.

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