lunes, 23 de abril de 2012

Entre letras y números que no cierran.


Por: Darío H. Schueri.
A una semana de la sesión preparatoria que debería confirmar sin sobresaltos a Luis Rubeo como Presidente de la Cámara de Diputados, el “rossismo” se quedó con la titularidad del Partido Justicialista en la figura del sobresaliente intendente de Venado Tuerto José Luis Freyre.
La Departamental Rosario fue para un joven del FPV (Eduardo Tognoli), resignando a manos del obeidismo el Departamento La Capital (Silvina Frana). ¿Endurecerá las posiciones el peronismo parlamentario tras la proclamación de autoridades en su Partido?. Esta semana Diputados deberá tratar la media sanción de la Ley que autoriza al Poder Ejecutivo Provincial a emitir letras, pagarés, medios sucedáneos de pago por 556.365.00 millones de pesos. 
Todos ¿unidos? rumbo al 2013 
Como predicara María Eugenia Bielsa (todavía no afiliada al PJ) “si no somos capaces los peronistas de mostrar coherencia y unidad el propio Partido, menos lo vamos a demostrar para ser nuevamente gobierno”, el peronismo acordó nuevas autoridades partidarias, no sin antes pasar por el folklore (cuya peculiaridad no es patrimonio exclusivo de los peronistas) de los conciabulos, algunas intrigas y –como no – posteriores acusaciones de traición. Lo cierto es que el diputado Roberto Mirabella junto al sector de la no afiliada María Eugenia Bielsa y Gustavo Marconatto (hoy desheredado de la troica kirchnerista) había presentado avales y promotores para disputarle la presidencia del PJ a Freyre, el hombre de Rossi y el Foro de Intendentes (en el cual curiosamente está Luis Castellanos el Intendente de Rafaela) pero, según dicen, después el perottismo terminó en la mesa del consenso y Mirabella, delfín de Omar Perotti, terminó secundando a Freyre. El “Chivo” Rossi se basó en el resultado de las primarias del año pasado para reclamar la presidencia del Partido para su sector, y fue así como los primeros de los 66 cargos del PJ quedaron entonces para José Luis Freyre, intendente de Venado Tuerto; lo secundan Roberto Mirabella, como vicepresidente; Stella Maris Clérici, vicepresidenta primera; Alejandro Rossi, vicepresidente segundo; Carlos Bermúdez, secretario general; Silvia De Césaris, prosecretaria; Alejandro Ramos, secretario de organización y Pedro González como prosecretario de organización. El dato que a ningún peronista bien intencionado debería escapársele: cuando el 27 de mayo Ricardo Spinozzi entregue el mando a su coterráneo Jose Luis Freyre, se estará asistiendo a la definitiva extinción de la hoy desvaída civilización reutemista que gobernara por más de tres lustros la provincia. Curiosamente, el desvanecimiento del reutemismo significó el regreso partidario del obeidismo. Tampoco están en el “nuevo PJ” los gremios. 
Letras y reforma: solo cuestión de números. 
Arreglada que fuera la situación intestina del peronismo, si tal consenso partidario se trasladare al Parlamento, el Frente gobernante entraría en un estado epiléptico delicado. Pero difícilmente ello vaya a ocurrir. Después de haber perdido la Cámara de Diputados, el socialismo hila trabajosas alianzas institucionales con el grupo de diputados que conduce Luis Rubeo a través del venadense Darío Mascioli y sus aliados de Producción y Trabajo de Alberto Maguid. El impredecible e inquietante sector 100% Santafesino de Oscar “Cachi” Martínez que acompaña a Rubeo en la votación por la presidencia de la Cámara (vaya a saberse hasta cuando), no se alinea con el rossismo en materia presupuestaria: votará en contra de la emisión de letras del tesoro y reforma tributaria con sobreexagerados y efectistas discursos políticos que, a diferencia de Lacava, por ejemplo, no se ajustan a rigores técnicos. De esta manera, en la delicada ecuación aritmética de Diputados, el FPCyS, además de sus 15 diputados deberá contar con la buena intención de la decena de diputados que responden al tándem FPV-Rossi y Producción y Trabajo-Maguid, que si acompañan los mensajes oficialistas seguramente serán delatados por Oscar Martínez por participar de oscuros pactos con el socialismo, como hiciera – y ratificara de manera vehemente – con los ahora ofendidos senadores peronistas que votaron la emisión de letras. De todos modos, si Cachi Martínez, erigido como objetor de conciencias políticas del peronismo parlamentario, lograre el objetivo de amedrentar a sus pares, le queda al socialismo el recurso de echar mano al libero – en todo sentido - septeto Unión Pro Federal que solo piensa en cómo seguir posicionando a su líder Miguel del Sel para el 2015, envalentonados, dicen, por las erráticas políticas provinciales y nacionales. 
Letras ilegibles 
La autorización para emitir letras, pagarés, medios sucedáneos de pago por 556.365.00 millones de pesos cruzó la culposa barrera peronista de senadores, y este jueves 26 debería bajar al recinto de Diputados, aunque la última semana el Foro de Intendentes y Presidentes comunales del PJ conminó a los diputados (peronistas) a introducirle una barrera infranqueable para el FPCyS: que el fondo de obras menores para comunas y municipios sea de libre disponibilidad y se coparticipe de manera automática. “Eso no es posible, y se no salen las letras esta semana, ya no nos sirven”, declamaban en la Casa Gris, a la vez que preanunciaban que si ese es el infeliz destino, los proveedores y contratistas del estado seguirán cobrando como hasta ahora: tarde. 
¿Reforma o impuestazo? 
A todo esto, el oficialismo ingresó la última semana por senadores el mensaje de “adecuación y armonización de los tributos provinciales” que prima facie es políticamente correcto resistido por casi todo el peronismo: ¿a quien le gusta votar un aumento de impuestos?. Decir que se está de acuerdo en un todo con el proyecto socialista, para muchos sería como oponerse a la estatización de YPF. Los peronistas más moderados piden argumentaciones técnicas al gobierno para fundamentar el “responsablemente institucional” voto “no negativo”. Algunos peronistas sobreactúan mas que otros, pero en los despachos oficiales prefieren calmar las ansias con metafóricas dosis de practicidad: “esperen a ver el final de la película, en una de esas no era el mayordomo”, ironizan. Para después, siempre en la misma línea figurativa, ejemplificar: “si la reforma se transforma en una película de catástrofe, vayan pensando en aquellas en las que no se salva nadie”.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe (22/4/12)

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