jueves, 8 de noviembre de 2012

Duros cruces por la protesta que se hará hoy contra el gobierno.

Por Sebastián Iñurrieta/el Cronista.- 
El arco opositor convocó al cacerolazo y el kirchnerismo lo acusó de destituyente.
Macri alentó la movilización por twitter. La UCR y Moyano defendieron el derecho a manifestarse. Desde el oficialismo calificaron a la marcha como golpista.
La excepción la marcó el silencio de la presidenta Cristina Kirchner. En su entorno, aseguran que hoy apelará a la misma estrategia, Al final llegó el día. Y la previa del 8N tuvo para todos los gustos. A diferencia del anterior cacerolazo del pasado 13 de septiembre, cuya magnitud tomó por sorpresa al arco político, esta vez hubo tiempo de sobra para los preparativos. Palabras más, palabras menos, el kirchnerismo apuntó contra la movilización, acusándola de ser destituyente; y la oposición salió en su defensa, resaltando la demostración ciudadana. Los cruces no tardaron en llegar. La excepción la marcó el silencio presidencial. En estos días, apenas esbozó algunas frases elípticas pero sin mecionar la fecha clave. Resguardada en la quinta de Olivos, Cristina Fernández de Kirchner evitó ayer los flashes. Hoy apelará a la misma estrategia. Si bien varias de sus principales figuras decidieron evitar la calle, para no alimentar el argumento K, la oposición convocó a su tropa a movilizarse, sin disimulo. 
El líder de PRO bajó la línea ayer. “El #8N vayamos con una sola bandera, la argentina”, escribió el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, en la red social Twitter. 
“Todo bien, pero de onda, ¿Qué tal si te dedicás un ratito a gobernar?”, le replicó, con ironía y por la misma vía, el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina. Sin respuesta del líder PRO, la chicana quedó ahí. Más temprano, la vicejefa porteña, María Eugenia Vidal, también había respaldado la marcha. “Me parece que la gente sale a la calle para ser escuchada. Ojalá que el gobierno nacional tenga más apertura y escuche”. 
La UCR, a través de su máximo responsable, Mario Barletta, alentó el cacerolazo. “Lo que debería hacer el Gobierno es escuchar lo que opinan los demás sin catalogarlos”, reclamó, luego de que varias espadas K acusaran a los organizadores del 8N de mantener vínculos con la ultraderecha. Por el contrario, en las redes sociales, donde se gestó la convocaría, los caceroleros enarbolan su independencia y el carácter apolítico de la convocatoria. “Buscan estigmatizar a la gente que piensa asistir a esta marcha”, fustigó Barletta. 
Por su parte, el titular de la CGT Azopardo, Hugo Moyano consideró que “no se puede dejar de reconocer que es un derecho que tienen los ciudadanos a manifestarse”. 
Entre quienes salieron a desalentar la protesta figuran las Madres de Plaza de Mayo, Ayer, emitieron un comunicado con un título que no dejaba lugar a segundas interpretaciones: “Los que convocan a la marcha del #8N tienen los bolsillos y la panza llena”. En sus párrafos insisten que no pretenden cercenar el derecho del reclamo, al punto que aconsejaban: “Si usted quiere protestar, proteste otro día pero no vaya con ellos”. 
El texto que culminaba con la firma de Hebe de Bonafini, además, apuntó “que esta marcha no nuclea las quejas del pueblo sino las de los que hicieron la dictadura”. En el listado, incluyeron desde el periodista Jorge Lanata, pasando por políticos, hasta la Sociedad Rural. Uno de los mencionados fue el ex presidente Eduardo Duhalde. 
A pesar de su enfrentamiento con el kirchnerismo, ayer evitó definirse sobre el cacerolazo. “Al Gobierno hay que darle un año, máxime si sacó el 54 por ciento (de los votos)”, deslizó luego de declarar en el juicio por el presunto pago de coimas en el Senado. “Los tilingos del 8N van a juntar gente, van a decir que hay 20 veces más y ahí comenzará la diatriba golpista”, se quejó el ex piquetero Luis D’Elía, uno de los más acérrimos críticos K del cacerolazo. 
En sintonía, Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, alertó que “lo que más nos preocupa son algunos signos nazis que aparecen en las manifestaciones o la reivindicación de que deberían volver los militares”.


Fuente: El Cronista (8/11/12)

No hay comentarios:

Publicar un comentario