lunes, 26 de octubre de 2015

Irreversible

por Carlos Tórtora 
Los resultados de ayer colocan en una situación desesperante en particular a Daniel Scioli, que bajó tres puntos con respeto a las PASO del 9 de agosto.
La descarga de responsabilidades en la pésima imagen de Aníbal Fernández es relativa, porque éste en las PASO no hizo una mala elección y ahora queda 5 puntos debajo de María Eugenia Vidal. La realidad es que hubo una mudanza masiva de votos independientes de Scioli a Macri, que realmente dejó atrás a todos los encuestadores. Esta caída de Scioli como candidato coloca a CFK ante un dilema fundamental: dejar que aquél se aleje del relato oficial y salga, tarde y mal, a captar los votos independientes mediante un discurso pro-mercado que sería muy poco creíble. La otra opción para la presidente es ponerse al frente de la campaña intentando revertir los resultados de ayer con el peso de su figura. Para hacer frente a esta emergencia, el kirchnerismo tiene una sola carta fuerte: convocar a las figuras del peronismo que están fuera del Frente para la Victoria, para empezar José Manuel de la Sota y el propio Sergio Massa. Pero éste ya mantiene conversaciones avanzadas con Macri, a quien le será relativamente fácil sumar a los peronistas disidentes. En el caso de De La Sota, el 51% obtenido por Cambiemos en Córdoba es un mensaje que éste debe entender claramente. La lógica política indica que la suerte de Scioli está prácticamente sellada, cumpliéndose una vez más la maldición de que los gobernadores bonaerenses nunca llegan a presidente. Para colmo de males, el aporte de votos que podría provenir de las filas progresistas de Margarita Stolbizer sería mínimo, porque ésta bajó a apenas 2,6 puntos.
Técnicamente, están dadas condiciones inmejorables para que se produzca en el peronismo una seria fisura entre el cristinismo y algunos gobernadores más críticos, como Juan Manuel Urtubey y José Luis Gioja. Amenazado como nunca, el cristinismo está obligado a apretar filas y redoblar la apuesta, porque nadie les garantiza a sus jefes que los jueces federales no empiecen ya a desempolvar las causas por corrupción hasta ahora paralizadas.
La crisis que se viene
El reconocido exitismo de los argentinos le da a Macri un impulso difícil de frenar. Sin embargo, sería un error para el macrismo subestimar a un adversario desesperado y dispuesto prácticamente a todo. El triunfo de Vidal le quita además al oficialismo el territorio donde podría replegarse en caso de quedarse sin la Casa Rosada. O sea que las huestes presidenciales quedan recluidas a las bancadas de las dos cámaras del Congreso nacional.
Con este panorama por delante, no es difícil predecir que el peronismo está al borde de una crisis como no se veía desde la década del ‘80. En su derrota ante Fernando de la Rúa en el ‘99, Eduardo Duhalde conservó dignamente el piso histórico del peronismo, un 42%, lo que Scioli no pudo.
Tal vez lo más grave de ayer es que la hecatombe oficial tuvo su epicentro en la Provincia de Buenos Aires, el bastión mayor del kirchnerismo. Curiosamente, en el resto de las provincias, incluyendo la Capital, el descenso del FpV fue bastante menos pronunciado.


Informador Público • 26/10/2015 • 


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