jueves, 5 de noviembre de 2015

Daniel Gollán, el sombrío ministro de Salud que hace “campaña sucia”.

En su Twitter oficial, el funcionario K insinuó que, de ganar el balotaje presidencial, Mauricio Macri quitará la cobertura a los enfermos de cáncer.
Luego, dijo que lo hackearon. Los antecedentes de un hombre cercano a Aníbal Fernández e investigado por la Justicia.
Cuando el 30 de octubre de 1938, el actor y director de cine estadounidense, Orson Welles, dramatizó en la radio La guerra de los mundos, la población norteamericana se alarmó al punto de creer que realmente estaba siendo invadida por extraterrestres. Pero era una dramatización. 77 años después, en Argentina y de cara al balotaje presidencial, el kirchnerismo pone en vilo al país sembrando el terror ante una eventual victoria de Mauricio Macri: el “invasor” que, argumentan, quiere llegar a la Casa Rosada para arrasar con nuestros derechos (o lo que quede de ellos, al cabo de 12 años de gobierno K). 
Ahora, esta “campaña sucia” adquirió ribetes macabros, orquestados desde el Twitter oficial del ministro de Salud de la Nación, el doctor Daniel Gollán, un hombre cercano a Aníbal “La Morsa” Fernández, con oscuros antecedentes que son investigados por la Justicia. “Los 12 nuevos centros de radioterapia para tratamiento del cáncer continuarán adelante si (Daniel) Scioli es presidente. Pensá bien tu voto”, amenazó ayer en la red social, insinuando que, de ganar Macri, los más de cien mil argentinos que al año son afectados por la enfermedad -según datos de la Organización Mundial de la Salud- ya no contarán con esa cobertura. 
Así, el Twitter del ministro, que luego desmintió haber publicado el mensaje, jugó con la esperanza de vida de la población, al sugerir, en otras palabras, que si gana Cambiemos miles de argentinos pueden morir.
Unidos por el espanto
El cinismo resulta esperable, viniendo de un hombre que se define “militante político” antes que ministro de Salud. Su asunción en el Ministerio que hoy encabeza coincidió con la vuelta a la Jefatura de Gabinete de “La Morsa” Fernández, el 26 de febrero pasado. Los vincula una amistad de años… y el espanto de varias causas en su contra.
Uno es el escándalo en torno al plan Qunita, pensado para “acompañar a la madre y el recién nacido” con la entrega de kits de cuna, sábanas y frazadas, pero que, tal como informó Hoy, presentó serias irregularidades en su licitación, al beneficiar en más de US$ 120 millones de dólares a empresas que nada tenían que ver con la construcción de kit maternales. Cuatro de ellas presentaban domicilio legal en La Plata y la mayoría eran casas de familia sin identificación ni cartelería comercial. Este aporte, realizado por nuestro diario, fue presentado en la Justicia por la legisladora porteña Graciela Ocaña, en el marco del caso que investiga el juez Claudio Bonadio y por el que fueron citados a declaración indagatoria Gollán, “La Morsa” y el exministro de Salud y electo gobernador de Tucumán, Juan Manzur, entre una veintena de funcionarios.
La efedrina es otro de los lazos que unen a Gollán y Fernández. En este caso, el más complicado es el ministro de bigote cerdoso (de hecho, sus aspiraciones bonaerenses se vieron sepultadas en sintonía con esta denuncia), sindicado como el autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez. En los años en que ese precursor químico se traficó ilegalmente, el ahora ministro de Salud era el subinterventor de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que debía controlar las cantidades de efedrina que ingresaban al país. Entonces, la Jefa de Psicotrópicos y Estupefacientes de la ANMAT era Gladys Raquel Méndez, actual pareja de Gollán.
Los mismos nombres aparecieron luego asociados a la importación ilegal de dos drogas, que en mayo de este año ingresaron a la Argentina gracias a un decreto presidencial: se trata de la Gamma Butirolactona o “éxtasis líquido”; y el Cloruro de Etilo o “lanzaperfumes”, cuyo tráfico debía ser controlado por la esposa de Gollán.
Con estos antecedentes, resulta extraño que, a 36 días para el cambio de gobierno, el ministro quiera velar  por la salud de la población y vea a Macri como la encarnación del mal. Su temor, más que por la integridad de los argentinos, parece estar alimentado por su eventual salida de un Ministerio que, a la luz de los hechos, le queda grande.
“Me hackearon”
Según la web oficial del Ministerio de Salud de la Nación, el doctor Daniel Gollán debe “entender en la difusión e información sobre los servicios sustantivos de salud a los destinatarios de los mismos para disminuir las asimetrías de información”. Es decir, no debe utilizar los canales de comunicación oficial para militar partidariamente.
Tras el escándalo desatado ayer, el polémico tuit del ministro fue borrado, y justificó: “Tres de mis abuelos murieron de cáncer, yo jamás pondría algo así. Mi cuenta fue hackeada, son datos falsos, son maniobras”.
Pero el mensaje en el que Gollán sugirió que, de ganar Mauricio Macri, los enfermos de cáncer dejarían de tener cobertura, tuvo un tono similar a otros: “Querés volver a los hospitales sin insumos […] Pensá bien tu voto”; “Un millón de metros cuadrados de hospitales y centros de salud construidos en el país. Para que esto siga, Scioli debe ser presidente”, escribió con anterioridad.
En una jornada en la que se especuló con su salida del gabinete nacional, justamente ayer el ministro inauguró un Centro Oncológico en un hospital de Santiago del Estero, donde aseguró que la presidenta Cristina Kirchner lo llamó, pero no le pidió “la renuncia”.


Hoy en la Noticia (5/11/15)

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