sábado, 9 de abril de 2016

Ricardo Jaime, intento de suicidio y depresión total.



Fue mientras estaba alojado en Gendarmería. Le salvaron la vida dos custodios y por eso se apuró su alojamiento en la cárcel de Ezeiza. La Gendarmería no cuenta con celdas de detención, son apenas pequeñas habitaciones –algunas hasta tiene un patio interno-, pues ahí son detenciones provisorias hasta que la Justicia dictamina la libertad del prisionero o su alojamiento en un sistema carcelario. Ricardo Jaime fue derivado a esos sitios de la Gendarmería, tenía personal de la fuerza que controlaba el lugar pero como Jaime no es ni el Chapo Guzmán ni el gordo Valor nadie prestaba demasiada atención a sus movimientos. Pero pocas horas después de estar alojado ahí uno de los guardias del lugar observó un movimiento extraño y corrió justo cuando el ex Ministro de Transporte había improvisado un lazo con las mangas de su pulóver y la camisa que llevaba en un intento fallido de ahorcarse. Le salvó la vida que las varillas en las que Jaime ató la soga y la enrolló a su cuello y la altura del piso era demasiado corta como para quedar levitando para quitarse la vida. Dicen en Gendarmería que le avisaron al juzgado del fallido intento de suicido y ahí no más se resolvió su alojamiento inmediato en el penal de Ezeiza. Hubiera sido un episodio de esos que dan lugar a todo tipo de suspicacias, y la gendarmería no quería quedar en el ojo de la tormenta y las sospechas. La depresión del detenido es total. Hombre que bajo la protección de Néstor Kirchner hizo fortunas a costa del Estado, ya se sabe condenado y el dinero que supo hacer ya no le sirve de nada. Jaime es un personaje que se vé sin salida y condenado aún cuando todavía falta el juicio que dictamine su culpabilidad. Perdido por perdido, aunque aún no haya ley de arrepentido a donde tomarse, eligió la salida final: el suicidio.
Está dispuesto a contar todo, no se puede llevar puesto a Néstor porque ya no está, pero a Cristina, Julio De Vido y otros que le soltaron la mano los quiere arrastrar con sus confesiones. Gendarmería no quiere dar a conocer el fallido intento porque no tiene obligación de hacerlo. Sólo se sabe, o se presume, que en Ezeiza no tendrá nada a mano que le permita quitarse la vida. Es de imaginar que si hubiera logrado su propósito los comentarios serían que lo mandaron matar para que no hable. Jaime es un despojo humano, dicen los que estuvieron un rato cerca de él que está perdido, obnubilado, sin un motivo por el que seguir viviendo. “¿Todo porqué? Solo por un poco de plata”… dice la actriz Frances MCDorman interpretando a una mujer policía casi al final del bello film “Fargo”, dirigido por los hermanos Coen, basado en una historia real y llevado a la pantalla grande en 1996. Por un poco de plata, Jaime terminó con su vida en libertad y arruinó a toda su familia. Y lo peor, las víctimas de la masacre ferroviario de Once, inocentes víctimas de personajes desenfrenadamente codiciosos. Todo por un poco de plata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario