viernes, 11 de noviembre de 2016

Luterándonos: los frutos de la ruptura según Lutero.


Terminemos esta serie de fichas que hemos compartido aquí durante días a modo de “flos haereticorum“, con algunas citas del balance que el mismo heresiarca hacía.
Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi
Cuadro: Egbert II van Heemskerck – “Lutero y Calvino en el infierno” (1700).
“¿Qué frutos trajo, fray Martín?”:
“los nuestros (tiempos) son al presente siete veces más escandalosos que lo que se ha usado hasta ahora; noso­tros robamos, mentimos, engañamos, comemos y bebemos y nos entregamos a todo género de vicios (…). Nosotros los alemanes somos al presente el ludibrio y la vergüenza de todo el mundo que nos califica de puercos, ignominiosos y obscenos”[1].
 “Dimos caza a un diablo, pero se nos han echado encima otros siete peores”[2].
“La avaricia, la usura, la deshonestidad, la crápula, la blasfemia, la mentira y el fraude progresan des­mesuradamente harto más que bajo el papado: tan ver­gonzoso estado de cosas desacredita al Evangelio y a sus predicadores, dando lugar a que se diga: si esa doctrina fuese verdadera, la gente sería más piadosa”[3].
“Nosotros los alemanes —escribía Lutero en 1532— pecamos y somos esclavos del pecado, vivimos en los placeres carnales y nos asfixiamos bárbaramente en el libertinaje. Queremos hacer cuanto nos venga en talante, y todo lo que cede en servicio del diablo, y queremos ser libres de hacer lo que se nos antoja. Son pocos los que piensan en la grave dificultad de librarse de los pecados. Están contentísimos de haberse desgarrado del papa, de la autoridad eclesiástica y las demás leyes; pero no paran mientes en el modo con que deben servir a Cristo y preservarse de los pecados (…) Si yo tratara de pintar a Alemania, debería copiar en ella la figura de una marrana”[4].

[1] Heinrich Denifle, Lutero y el luteranismo. Estudiados en sus fuentes,Tip. Col. Santo Tomás de Aquino, Manila 1920, 23.
[2]Ídem, 26.
[3]Ídem, 27.
[4] Ídem, 28.



Que no te la cuenten (noviembre 7 de 2016)

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